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sábado, 29 de abril de 2017

La aviación en la Batalla de Berlín. PARTE 7

PARTE 1
PARTE 2
PARTE 3
PARTE 4
PARTE 5
PARTE 6
Séptima entrega de la reseña sobre la Batalla de Berlín desde el aire, publicada en Foro Segunda Guerra Mundial por el usuario Emil Dermouth.

29 de Abril de 1945
Por la mañana de ese 29 de Abril, los tanques soviéticos llegaron a la Estación del U-Bahn, donde recibieron una emboscada de granaderos franceses de 33ª División SS Francesa “Carlomagno”, que los hicieron retroceder hacia la Calle Wilhelmstrasse. Pero era una trampa porque en esa calle les esperaban más franceses ocultos en los edificios con lanzagranadas Panzerfaust. Pensando que estaban seguros, los carristas vieron como decenas de franceses se asomaron desde las ventanas y vomitaron contra ellos incontables proyectiles. Los blindados rusos empezaron a arder uno a uno en fila india mientras las tripulaciones que intentaban escapar de sus vehículos eran acribilladas por armas cortas. Los franceses consiguieron destruir un total de 128 tanques soviéticos, una cifra espectacular. Aquella fue la gesta más heroica de la Batalla de Berlín.

Al oeste de Berlín, en el Tiergarten, el VIII Ejército de la Guardia Blindado atacó el Puente de Postdamer. Aunque los rusos perdieron más tanques, los alemanes con bajas irrecuperables acabaron retirándose.

Desde la madrugada, en Rechlin, sin haber dormido, cumpliendo las órdenes de Hitler, el Mariscal Von Greim preparaba el ataque masivo de la Luftwaffe para aliviar la presión sobre Berlin. Por desgracia para el Führer en ese momento la Luftwaffe tenía solo una mínima parte de las unidades listas para el combate. Después de haber cambiado en los últimos tiempos tantas veces de bases el caos era total, las pocas reservas de combustible y municiones se perdían en los traslados de base o se abandonaban ante la entrada del enemigo. A medida que el ejército se desmoronaba, se disolvían más unidades del personal de tierra de la Luftwaffe y se enviaban a unirse a las filas del agotado ejército. Cuando el ataque comenzó, este se estrelló inútilmente contra la poderosa fuerza aérea soviética.

A pesar de intentar movilizar el máximo de unidades posible, ese día la Luftwaffe solo pudo realizar 346 salidas. La mayoría de ellas fueron de combate, ya que a los pocos grupos de transporte que quedaban operativos les resultaba imposible seguir asistiendo a Berlín por aire, las posibilidades de entrar en el espacio aéreo de Berlín eran casi nulas. Aún así se realizaron lanzamientos de suministros desde el aire a las bolsas de resistencia.

Los bombarderos a reacción del III/KG 76 volvieron a demostrar su poderío, según los registros de la unidad, ese día 13 Ar 234 dejaron caer sus bombas de 500 Kg sobre los tanques rusos directamente en las calles de Berlin, como la Belle Alliance Platz, la Saarlandstrasse y la Friedrichstrasse. También bombardearon los puentes de Potsdamer y Halle. Fue la anteúltima salida de los Ar 234 del KG 76, la última fue un ataque contra objetivos occidentales el 3 de Mayo.
Arado Ar-234
Algunas unidades aisladas de comandos especiales del KG 200 hicieron contadas salidas de bombardeo, también se produjo el lanzamiento de agentes o espías tras las líneas.

En su autobiografía de 2009, el Uffz. Johannes Lachmund entonces joven piloto de Ju-52 del II./TG 3 describe lo que según él fue el último vuelo que salió de Berlin. Afirma que el 28 de Abril su Ju-52 destinado a evacuar altas personalidades de Berlín, fue el único que consiguió aterrizar. Dice que el 29 de Abril Hanna Reitsch y Von Greim finalmente huyeron en un Ar-96 y posteriormente personal de alto rango, pero no de máxima importancia embarcó en su Ju-52. En ese vuelo Johannes no pilotó, sino que, ejerció de artillero y su destino fue Leck.
Junkers Ju-52
Por su parte algunos He-111 del KG 4 se dedicaron a la dura tarea de abastecer por aire, lanzando contenedores con alimento y munición al 9º Ejército que se hallaba rodeado a 20km. al sur de Berlin.
avion de transporote Heinkel 111
A pesar de ser insistentemente requeridos, los agotados y faltos de combustible Schalschgeschwader solo pudieron hacer volar de manera testimonial unas pocas unidades al amanecer y al atardecer, los Fw-190 del SG 1 realizaron barridos al sur de Berlin. Los ataques a tierra se realizaron principalmente por el JG 4 y el JG 26, estos se internaron por las calles de Berlin bombardeando y ametrallando tanques y tropas, se produjeron escenas caóticas llenas de confusión en los ataques al suelo y combates aéreos en un campo de batalla tan poco convencional, los errores eran frecuentes y las bajas por fuego amigo muy abundantes en ambos lados. El JG 4 se internó por la zona centro de la ciudad atacando posiciones rusas cerca de la Cancillería, en combates con los cazas soviéticos al Uffz. Erwin Teske se le adjudicó el derribo de dos Yak-9 a las 11.30 h., por su parte a las 11.45 h. el Hptm, Johannes Kaufmann obtuvo una nueva victoria sobre un Yak-3. El JG 26 realizó sus ataques cerca del Elba, consiguiendo destruir unos cuantos blindados, realizaron una salida al mediodía y otra al atardecer, el Lt. Waldemar Söffing pudo derribar un Spitfire ruso a las 12.50 h. y en la segunda salida a la vuelta a la base entablaron combate con Tempest ingleses consiguiendo así su segundo derribo del día. En ese combate, el Uffz.Johannes Schlimper fue derribado con su Fw-190 D-9 y muerto al realizar un aterrizaje de emergencia. En el ataque jabo junto al Elba, otro Fw-190 D-9 fue derribado por fuego antiaéreo, muriendo el Uffz. Georg Kreth.

Los Jagdgeschwader JG 11 y JG 51 estuvieron bastante activos y la mayoría de sus unidades operativas realizaron dos salidas, una al amanecer y otra sobre las 14.00. El JG 11 entabló combate con un grupo de Spitfires, el Ofhr. Alfred Winderlich consiguió derribar uno de ellos, mientras que su compañero el Fhr. Heid perdía la vida en ese combate. El JG 51 en su salida de la tarde entabló combate con un grupo de Il-2 protegido por una gran escolta de Yak-3, reclamaron nueve victorias contra la pérdida de tres aparatos, sin embargo solo les fueron homologados los derribos de dos Il-2, uno al Lt. Alfred Rauch y el otro al Obfw Heinz Marquardt, quien a la postre sería el piloto alemán con más derribos adjudicados durante la batalla de Berlin.
El caza inglés Spitfire, sirvió también en la Unión Soviética
Los grupos de transporte junto con algún He-111 rescatado de los Kampfgeschwaders disueltos realizaron algunos lanzamientos de material sobre la zona controlada por los alemanes. Durante la madrugada hubo varios intentos por parte de los Ju-352 del Grossraum Transportgruppe del Mj. Günther Maussde de llevar tropas de infantería al aeropuerto de Gatow, no fue posible aterrizar, debido al nutrido fuego antiaéreo de la zona y al continuo bombardeo de mortero al que eran sometidas las pistas, así que tuvieron que regresar a su unidad en Grobenbrode.

El relato del día corresponde a uno de los pilotos que realizó ataques a las tropas rusas entre las calles de Berlín con su Focke-Wulf 190 D 9 “Dora”, el Lt. Manfred Kudell del 8./JG 4.

“En las dos últimas semanas había realizado de media dos salidas de combate diarias en la zona de Berlín. Yo estaba en el aire con mi Schwarm el 29 de abril, mi Fw-190 llevaba una bomba de 250 kilos y tenía órdenes de atacar tanques soviéticos que se dirigían a la Cancillería. Había pocas esperanzas de poder llevar a buen término esta misión, dado el enorme manto de humo que envolvía la ciudad era imposible distinguir nada en la tierra claramente, de hecho, sólo los pilotos como yo, que conocíamos perfectamente la ciudad, podíamos distinguir puntos de referencia para navegar. A cada piloto se le asignó atacar una calle de las proximidades de la Cancillería del Reich. Mi objetivo era Stresemannstrasse. No teníamos radio o contacto visual con los demás y Berlín era una enorme nube de humo. No teníamos idea de dónde estaban nuestras tropas. 

Desde tierra nos escupían fuego de todo tipo, puede que fueran baterías antiaéreas soviéticas o nuestras, no lo sé. De pronto el fuego antiaéreo cesó y frente a mí al fondo de la Stresemannstrasse ví tres o cuatro blindados, me pareció que eran rusos, los Yaks ya me habían detectado y se lanzaron hacia mi, así que solté mi bomba, y sin poder ver si había hecho blanco realicé una maniobra ascendente tratando de librarme de los cazas rusos. A pesar de mis desesperadas maniobras fui alcanzado en un ala y en el motor. Pude milagrosamente realizar un aterrizaje de emergencia en una avenida con el avión en llamas. Una vez detenido el aparato logré salir del mismo con quemaduras en las manos, brazos y cara, me ví en medio de una lucha callejera e inmediatamente fui capturado por unos soldados rusos.”

30 de Abril de 1945
Durante la noche del 29 al 30 de Abril los soviéticos se dieron cuenta de que tenían el Parlamento Alemán (Reichstag) a sólo 400 metros de distancia, principal objetivo a tomar en esa jornada. Antes del ataque una lluvia de artillería pesada barrió el centro de Berlín para minar las defensas, sin embargo apenas alcanzaron a los alemanes porque habían cavado trincheras en torno al Reichstag y se parapetaban en los pisos, ventanas, jardines e incluso en los tejados y la cúpula, por si fuera poco les protegía el cauce de agua que atravesaba la Plaza de Königsplatz. Justo a las 6:00 de la mañana se llevó a cabo el primer asalto contra el Reichstag, pero nada más recorrer 50 metros los rusos fueron masacrados. En el segundo asalto la tragedia fue mayor, pues centenares de alemanes dispararon desde el flanco del Teatro de la Opera de Kroll y desde la batería emplazada en el Zoo liquidando a dos batallones enteros, de los cuales hubo muy pocos supervivientes. Como los rusos vieron que era imposible tomar el Reichstag al asalto, decidieron reducir la presión durante unas horas mientras 90 piezas de artillería descargaban proyectiles contra el gran edificio.

No muy lejos del Reichstag, en el Ministerio del Aire de la Calle Wilhelmstrasse, el bombardeo también fue atroz. Por suerte la estructura aguantó y el ataque soviético fue repelido por las Waffen-SS, hombres de la Luftwaffe y la Volksstrum.

Por la mañana Adolf Hitler se despertó en un ambiente tenso, esa noche ya se convenció de la imposibilidad de que el General Wenck con su 12º Ejército y/o el 9º Ejército pudieran liberar Berlin. El Führer había decidido quitarse la vida con veneno y a la vez darse un tiro.

Más o menos a las 15:30 horas de la tarde se oyó un disparo en el dormitorio del Führer. Adolf Hitler se había tragado una cápsula de cianuro a la vez que se había pegado un tiro en la cabeza con su pistola Walter

Temprana cayó la noche en Berlín debido al denso humo que se levantaba desde todas partes de la ciudad. El último ataque hacia el Reichstag se realizó con una carga de infantería apoyada por tanques, artillería y camiones lanzacohetes Katyusha. Las Juventudes Hitlerianas, las SS y los marineros acribillaron a los rusos al acercarse provocando un número de víctimas terrible. Pero en mayor número los soldados soviéticos se desplegaron por la Plaza de Königsplatz tomando las líneas defensivas exteriores del Reichstag y entrando en la planta baja del edificio. Nunca en la Historia se había librado una batalla de esa magnitud dentro de un edificio gubernamental. Poco a poco los rusos acabaron con la resistencia alemana y la bandera roja de la Unión Soviética ondeó en el tejado junto a la cúpula del edificio gubernamental.

Ese día todavía continuaron algunos He-111 del KG 4 abasteciendo por aire, lanzando contenedores con alimento y munición a los bolsones que aún resistían del 9º Ejército que se hallaban a 20km. al sur de Berlin. Hasta el día 1 de Mayo hubo grupos del 9º Ejército que trataron de romper el cerco ruso para entregarse a los americanos.

Uno de los últimos intentos de llevar suministros por aire a Berlín lo realizaron 30 Fw-190 del III./KG 200 la noche del 30 de Abril. Cada Fw-190 llevaba un Versorgungsabwurfbehälter (contenedor de abastecimiento) con un paracaídas de carga. Fue en ese vuelo cuando el Gruppenkommandeur Mayor Helmut Viedebantt murió, el paracaídas del contenedor se desplegó antes de tiempo enredándose en el plano de cola, provocando que el avión se estrellara.
caza Focke Wulf 190
La Luftwaffe a pesar de todo seguía peleando y es de destacar que ese día se superaron las 400 salidas. Hubo unidades del SG 1 que realizaron tres salidas de operaciones jabo en un ambiente de total inferioridad aérea.

También realizaron ataques a tierra los cazabombarderos jet Me-262 del KG(J) 4, además de bombardear formaciones de blindados entraron en combate con un grupo de Il-2, reclamaron varios derribos, pero solo uno fue homologado y se le asignó al Staffel.
El poderoso Messerschmitt Me-262, irónicamente Hitler lo quería como bombardero pese a sus grandes capacidades para el combate aire-aire, mientras que el bombardero ideal, el Ar-234, originalmente Hitler lo quería como avión de reconocimiento
Ese día hubo grandes combates aéreos donde la gran superioridad numérica de los soviéticos se impuso con claridad, los Jagdgeschwaders hicieron un derroche de valor y de vidas humanas. El JG 3 reclamó varios derribos pero ninguno les fueron homologados, pagaron un alto precio, entre otros perdieron la vida el Lt. Herbert Bareuther, recién nombrado Staffelkapitan del 14./JG 3, fue alcanzado por fuego antiaéreo soviético en las calles de Berlín, se estrelló contra un árbol tratando de realizar un aterrizaje en un paseo de la ciudad. Andreas Kuffner fue derribado y muerto por un Spitfire del 350 Squadron de la RAF mientras trataba de aterrizar en su base tras la misión en Berlin. Durante el mismo ataque, los destinatarios de la Cruz de Caballero Rainer Nossek y Wilhelm Bromen fueron muertos y heridos, respectivamente.

Los BF-109 del JG 27 salieron por última vez, cumplieron una misión de caza libre en la cual sufrieron grandes pérdidas, y en la que el Fw. Horst Rippert se anotó dos victorias. Los seis Bf-109 supervivientes del agotado grupo fueron retirados al área de Leck.
Un avion Yak-3 soviético se enfrenta a un Bf-109 aleman
Nuevamente los elegantes Ta-152 del JG 301 sobrevolaron Berlín, a las 16.15 h. entablaron combate con una formación de Yak-9, el Obfw Walter Loos consiguió su 38ª victoria y el Uffz. Willi Greiner su derribo nº 12.

Para el testimonio del día, en vez de añadir el relato propiamente dicho de un piloto, copiaré la traducción del “Flying logbook” (Libro de anotaciones e vuelo) del Leutnant Helmut Wenk, que voló con los cazabombaderos Fw-190 F en el III./SG 1 durante los desesperados combates de finales de Abril en Berlín. La hoja corresponde a las acciones de ese 30 de Abril, tres salidas, y en ella debían anotar la fecha, hora, ruta, actividad enemiga y resultados.

SALIDA 1
Fecha - 30.4 10.30 h.
Hora – 11.40
Ruta - Neubrandenburg - west Prenzlau - Gollmitz – Neubrandenburg
Actividad enemiga – Fuego antiaéreo ligero, presencia de cazas
Resultado – Lanzamiento de un contenedor SD 4 de 250 kg “hollowcharge bombs” desde la altura de 1.500 m, en la carretera de Gollmitz. Las bombas cayeron en el objetivo pero los resultados precisos no se observaron. Ataque a un cañón autopropulsado, los resultados no se observaron. Combate aéreo con cuatro La-5, uno de ellos tocado desapereció en la densa bruma.

SALIDA 2
Fecha - 30.4 17.00 h.
Hora - 17.45
Ruta - Barth - east of Greifswald - Barth
Activadad enemiga – Fuego antiaéreo constante en el area, presencia de cazas Yak-3
Resultado – La carretera objetivo no fue atacada por estar en nuestras manos, se lanzáron bombas de 1x500kg en el area controlada por el enemigo. Breve combate con unos 20 Yak-3 sin obsevarse resultados. 

SALIDA 3 
Fecha - 30.4 19.30 h.
Hora - 20.15
Ruta - Barth - east of Greifswald – Wismar
Actividad enemiga – Fuego antiaéreo ligero. Mucha actividad de cazas enemigos
Resultados – Mala visibilidad, perdemos contacto con el jefe de grupo. Lanzamos bombas 1 x 500kg y 4 x 50kg a una columna de vehículos enemigos. Objetivo alcanzado, observo claramente salir columna de humo de un tanque enemigo. Combate cerrado con un Yak-3, poca visibilidad, se rompe el contacto sin observarse resultados.

jueves, 27 de abril de 2017

La aviación en la Batalla de Berlín. PARTE 6

PARTE 1
PARTE 2
PARTE 3
PARTE 4
PARTE 5
Sexta entrega de la reseña sobre la Batalla de Berlín desde el aire, publicada en Foro Segunda Guerra Mundial por el usuario Emil Dermouth.


27 de Abril de 1945
Por fin, el 27 de Abril, el cerco sobre Berlín se cerró cuando el XLVII Ejército Soviético enlazó con el II Ejército de la Guardia Blindada en Spandau. Las líneas de defensa ya fueron todas eliminadas, y solo quedaba ya la toma de la ciudad barrio a barrio, casa a casa.

Dentro de Berlín el III Ejército de Choque rodeó el Búnker de Humboldthain y el V Ejército el Búnker de Friedrichshain, sin embargo ninguno de los dos pudo ser tomado debido al peligroso fuego de artillería al que estaban sometidos los rusos. Simultáneamente el III Ejército de la Guardia Blindada aseguró completamente el barrio Charlottenburg. En la Plaza Postdamerplatz los alemanes se defendieron tras las rejas de los Jardines de Wansee hasta que se vieron obligados a retirarse por culpa de la superioridad soviética, todos escaparon bajo el metro.

Paralelos al Canal de Landwehr el VIII Ejército de la Guardia y el I Ejército de la Guardia Blindado abrieron una brecha en la 18ª División Panzergrenadier Alemana, lo que les permitió ponerse en marcha contra los distritos gubernamentales. Los alemanes al ver el avance enemigo hacia la zona más importante de la ciudad apostaron en el Ministerio de Asuntos Exteriores a marineros armados de la Kriegsmarine, mientras que voluntarios daneses y noruegos con 8 cañones y 2 vehículos blindados Hanomag se establecieron junto a la Cancillería, incorporándose más tarde a estos la Unidad SS Ezquerra de los españoles con algunos letones.

El ataque al Aeropuerto de Gatow se produjo aquel 27 de Abril. Pero el Ejército Rojo encontró una fiera resistencia por parte de la Volkssturm con ayuda de pilotos y personal auxiliar de la Luftwaffe, que junto cañones de 88 milímetros resistieron el asalto un largo período de tiempo.

Ese día la Luftwaffe estaba dispuesta a hacer un nuevo esfuerzo para aliviar la presión sobre Berlín, así que nuevas acciones fueron programadas para atacar las entradas de tanques y tropas rusas a través de los puentes del Oder. Así pués el KG 200 organizó lo que a la postre fue el último ataque Mistel de la historia. Al atardecer, una fuerza compuesta por siete Mistel, tres Ju-188 y una docena de Fw-190 fueron lanzados contra la cabeza de playa del Oder. Al acercarse a la zona fueron atacados por una gran fuerza de cazas, y ya sobre el objetivo, les saludó un cerrado y masivo fuego antiaéreo. Fue una masacre. Solo uno de los siete Mistel y uno de los Fw-190 de la escolta consiguieron volver.
Los Mistel eran aviones cargados con explosivos, que eran llevados por un caza hacia el objetivo
El 10.(Pz.)SG 2 y el SG 1 pudieron hacer despegar cuatro Ju-87 G que acompañados por unos quince Fw-190 atacaron al anochecer tanques en la zona del Oder, dos Stuka y cinco Fw-190 fueron abatidos. En combate con los cazas rusos el Lt. Helmut Wenkel del SG 1 pudo adjudicarse el derribo de un La-5.

El IV./JG 3 también realizó ataques al suelo contra las zonas de entrada del ataque ruso, estos penetraron más al Este tratando de castigar la retaguardia. En los feroces combates que surgieron, entre otros, murió por acción del fuego antiaéreo su recién nombrado Gruppenkommendeur “Knall” Koall.

El KG 76 y el JG 26 recibieron órdenes de atacar concentraciones de tanques y vehículos en la zona de vanguardia, se les adjudicó respectivamente las siguientes áreas (a) Prenzlau / Schwedt /
Stettin, y (b) Linum / Nauen / Berlin / Oraienburg.

Por fin se cumplió la orden de Hitler y 36 cazabombarderos Me-262 A del disuelto KG 51 y del reformado KG (J) 4 partieron desde Praga hacia Berlín para participar en la batalla. Realizaron ataques a concentraciones de tropas, y entablaron combate con una numerosa formación de Sturmoviks, se les adjudicó el derribo de seis de ellos.
Los poderosos cazas jet Me-262 salen a plantar cara a un enemigo muy superior en número
Berlin solo podía abastecerse por aire, pero el riesgo de aventurarse a aterrizar en Berlín era enorme. En el aeropuerto de Rechlin se preparó un operativo de 6 Fieseler Storch cargados con material variado, escoltados por 30 cazas para volar de noche y aterrizar en la capital protegidos por la oscuridad. La operación fue un fracaso y se culpó al pésimo tiempo de esa noche.

Los grupos de transporte también siguieron jugándose el tipo tratando de llevar a Berlin hombres y material. Los Ju-352 del Grossraum Transportgruppe del Mj. Günther Mauss, en la madrugada del día 27 en una acción temeraria utilizaron la carretera que conduce de Waren a Güstrow como pista de aterrizaje, de esa manera consiguieron trasladar de Rostok a Berlin 476 hombres de la Kriegsmarine con su equipo para participar en la batalla.

Ese día la falta de combustible afecto en gran medida a los Jagdgeschwaders, por lo que pocos aparatos pudieron ponerse en vuelo, entre las escasas victorias que se lograron destacan el Yak-3 derribado a las 18.25 sobre Neuruppin-Berlin por el Oblt. Hans Dortenmann del JG 26, el Il-2 derribado en la zona de Potsdam por el Fw. Horst Ripper y el Yak-3 abatido por el omnipresente Obfw. Heinz Marquardt a las 17.55 h.
Ilyushin Il-2 Sturmovik, probablemente el avión más famoso de la Segunda Guerra Mundial, era el azote de los tanques alemanes
El testimonio del día es un relato del Oblt. Hans-Ulrich Rudel, Gruppekomanndeur del SG 2.

“Por fin el 27 de abril, a eso de las 11 de la noche me dan las instrucciones para volar a Berlin. Debemos partir con un He-111 y aterrizar en la gran avenida de Berlin, junto a la puerta de Brandemburgo. No resulta fácil despegar con una máquina bimotor en plena noche y con todas las luces de la pista apagadas. La noche es negra como la boca de un lobo. Nos internamos en la zona de batalla volando rumbo noroeste, debajo de nosotros vemos muchos pueblos y ciudades ardiendo, ¡La patria está ardiendo por las cuatro puntas! Al llegar a la zona de Berlin comienzan a tantearnos los reflectores y la Flak del ruso. De la ciudad no podemos ver nada debido al humo y la bruma que la envuelven en un manto mortífero, un incendio al lado del otro, fogonazos de la artillería, es un aspecto infernal el que se nos ofrece. Un mensaje nos llega del control de tierra -¡Esperar!- Lo que nos faltaba. Al cabo de quince minutos nos llega un mensaje del Coronel Von Below quien nos comunica que el aterrizaje es imposible por el nutrido fuego de morteros que está soportando la pista. 

Ponemos rumbo a Rechlin, nuestro radiotelegrafista se comunica con el control, estos se niegan a encender las luces de la pista por miedo a un ataque de la aviación enemiga. Cada vez se pone la cosa peor, no tenemos combustible, en cualquier momento se apagarán las hélices. De pronto, abajo a la izquierda, una iluminación pálida, nos apresuramos a aterrizar. La localidad se llama Wittstock, a 30 kilómetros de Rechlin, el valiente encargado de control oyó nuestra conversación y encendió las luces de la pista para ayudarnos. Hablo por teléfono con Von Below –Coronel, le propongo aterrizar hoy, de día, con un Stuka en la gran avenida. Calculo que con una máquina así lo podré lograr, y más todavía, teniendo en cuenta que hay que proceder a sacar al Supremo Mando de ese posición sumamente expuesta-. El Coronel me hace esperar un rato, para preguntar y vuelve al aparato.-El Führer ha decidido quedarse para defender Berlin, no desea que usted vuele a la ciudad, sino que le ordena trasladarse inmediatamente a su base de los Sudetes, para apoyar las operaciones del Mariscal de Campo Schörner, quien iniciará igualmente su ofensiva para liberar Berlin-“

28 de Abril de 1945
La mañana del 28 de Abril comenzó igual de dura que todos los días anteriores. La gente se ocultaba en el metro para evitar los bombardeos, el hambre se había agravado, las violaciones aumentaban. Avanzada la mañana, los tanques soviéticos del III Ejército de Choque a lo largo de la Calle Wilhelmstrasse marcharon hacia los distritos gubernamentales. Sin embargo el avance quedó anulado cuando giraron el rumbo hacia la Cárcel de Moabit, donde se produjo una larga y cruenta lucha cuerpo a cuerpo.

Por la tarde los soviéticos atacaron el Puente Moltke, el cual había sido minado y contaba con barricadas. Cuando los rusos lo intentaron cruzar se produjo una inmensa explosión que los engulló. Al disiparse el humo el puente había sido derruido a medias, pero era transitable. Aprovechando el error alemán, la infantería rusa pudo pasar y establecer una cabeza de puente con la Puerte de Halle incluida tras un coste elevado en vidas.

La lucha por el Ministerio del Interior comenzó con un desastre para los rusos, pues los defensores dispararon sobre los asaltantes desde ventanas y puertas bloqueadas mientras avanzaban por la Calle Moltkestrasse. Ante la imposibilidad de seguir adelante los soviéticos suspendieron el ataque. No muy lejos de allí, más suerte tuvieron en el Estadio de Fútbol, donde los 800 granaderos alemanes y miembros de la Volkssturm fueron exterminados sobre las gradas hasta que agotaron la última bala.

Hitler continuó enviando mensajes al General Wenck para que acudiera en ayuda de la capital tras haber sacado al 12 Ejército de sus posiciones en el Elba. El 28 de abril, el 12 Ejército llegó a Postdam, donde fue atacado por poderosas fuerzas rusas que le cortaron el camino. Sin poder avanzar más, Wenck pudo unirse a lo que quedaba del 9no Ejército en el sur de Berlín. Incapaz de poder hacer nada más, sólo pudieron mover las fuerzas que restaban hacia el oeste para capitular ante las fuerzas estadounidenses.

La lucha continuaba en el aeropuerto de Gatow, en la defensa del mismo, ese día, perdió la vida el Generaleutenant Gottob Müller, a los 50 años de edad uno de los grandes generales de la Luftwaffe moría en combate de tierra. 

Hermann Göring, despojado de sus cargos y en arresto domiciliario, ante el temor de que los rusos profanaran su residencia “Karinhall” ordenó a un grupo de infantería de la Luftwaffe que la dinamitara.

Desde el aeropuerto de Rechlin se enviaron cuatro Ju-52 cargados con material a Berlin, se pretendía que aterrizaran en la gran avenida que había sido habilitada como pista, una vez allí descargarían el material y procederían a evacuar a las autoridades que lo soliciten. Debido al nutrido fuego antiaéreo y la acción de los cazas, solo uno llegó a aterrizar sano y salvo, lo cual se consideró casi un milagro. Ese Ju-52 estuvo aparcado en la avenida esperando evacuar personal del bunker, Von Greim y Hanna Reitsch lo vieron y hablan de él, pero no lo usaron, ya que huyeron en un Arado Ar 96. El destino de ese Ju-52 y su misterioso pasaje han dado lugar a múltiples teorías (poco fundadas, según mi criterio), sobre una posible evacuación de Hitler en el último momento.
Junkers Ju-52
Poco movimiento hubo ese día, las agotadas fuerzas de ataque lamían sus heridas. Unas pocas unidades del JG 4, JG 27, JG 77 y SG 1 realizaron esporádicos ataques a tierra. En ellas perdieron la vida entre otros el Ofhr. Jürgen Stedeberg del JG 27 y el Fw. Kurt Muschiol del JG 77 en combate aéreo.

Los Me-262 A del KG(J) 4 realizaron varios ataques al sureste de Berlin, se adjudicaron los derribos de dos Yak-3 y un Il-2.

El testimonio del dia corresponde nuevamente a un relato de la piloto de pruebas de la Luftwaffe, la capitana Hanna Reitsch.

“El 28 de Abril los ataques contra la Cancillería crecían de manara alarmante. No teníamos esperanza de salir de allí con vida, cuando nos llegó la noticia de que milagrosamente un Ju-52 había aterrizado en la avenida Achse y podía sacarnos lejos de Berlin. Hitler nos llamó al Mariscal Von Greim y a mí, nos comunicó lo siguiente – Ustedes dos deben de salir inmediatamente del bunker, me han informado que mañana el ruso iniciará su asalto final a la Cancillería-. Desplegó el mapa que sostenía con su temblorosa mano.- Si pudiéramos detener el avance ruso durante 24 horas mediante un ataque aéreo masivo, daríamos tiempo al General Wenck avanzar hasta aquí y romper el cerco ruso. Deben ir a Rechlin y organizar el ataque-.

No podia entender, dada la situación, que aún se pudiera albergar cualquier tipo de esperanza. El Coronel Von Below nos acompañó al Mariscal y a mí a las puertas del bunker, el olor a fuego y azufre, la densa niebla y el polvo calcáreo eran insoportables . Esperamos a que el fuego enemigo cesara un poco, y a pesar de llevar muletas, el Mariscal y yo saltamos a un vehículo militar que vino a buscarnos. Comenzamos un viaje fantasmagórico a través de lo que fué la avenida Vosstrasse, los silbidos de los disparos y los estruendos de las granadas volvían a llenar el aire, la tierra temblaba mientras el fuego y el humo nos acompañaba constantemente. Habíamos llegado hasta el puesto aéreo central, que seguía estando en manos alemanas. Vimos el Ju-52, sin embargo a nosotros nos esperaba el piloto que nos trajo de Gatow con un Arado Ar 96 que había conseguido, por tercera vez, aterrizar en Berlín. Otra vez tuvimos que entrar tres personas en un avión biplaza. 
El Ar96 era un entrenador avanzado de la Luftwaffe
El despegue sería cosa de suerte, los faros enemigos iluminaban la avenida, el firme estaba lleno de socabones y el fuego de mortero era constante, sin embargo había un tramo de cuatrocientos metros libre de pozos y agujeros . Pese a todo el Arado consiguió despegar sin ser visto, al volar sobre el Brandemburger fuimos descubiertos y sobre nosotros se concentró fuego de todo tipo, quedando envueltos en un mar de luces centelleantes que de manera incredible no hicieron blanco. Al ascender a la altura de 700 metros un manto protector de densa niebla nos sirvió para poder escapar de la moribunda ciudad, solo quedaba llegar a Reichlin y organizar el ataque masivo.”

martes, 25 de abril de 2017

La aviación en la Batalla de Berlín. PARTE 5

PARTE 1
PARTE 2
PARTE 3
PARTE 4

Quinta entrega de la reseña sobre la Batalla de Berlín desde el aire, publicada en Foro Segunda Guerra Mundial por el usuario Emil Dermouth.

25 de Abril de 1945

Soleado, pero frío, amaneció el 25 de Abril. Las Waffen-SS compuestas por los holandeses y escandinavos se hallaban apostados diversas instalaciones del Aeródromo de Temppelhoff, ya en manos rusas, esperando recibir el choque. Por la mañana se inició la batalla cuando la artillería rusa y los tanques machacaron el aeropuerto destruyendo a los cazas Focke Wulf Fw 190 que todavía quedaban aparcados y sin gasolina. Después irrumpieron en el aeródromo y los pocos defensores que había tuvieron que retirarse a una línea improvisada en las instalaciones militares debido al fuego de los Katyusha.



Por otro sector de Berlín el V Ejército Soviético atacó el Parque de Treptow, el III Ejército de la Guardia Blindado arremetió contra Mariendorf, y los I y VIII Ejércitos de la Guardia lo hicieron por Neukölln. Los soviéticos fueron imparables. En la Plaza Hermannplatz la 33ª División SS Francesa “Carlomagno” se parapetó en barricadas junto con más de 100 miembros de las Juventudes Hitlerianas alemanas, bien protegidos, cuando vinieron los rusos los defensores franceses destruyeron con lanzagranadas a 14 tanques T-34, logrando a continuación que se retirasen. Otro acto heroico ocurrió en el Puente de Halensee, siendo los protagonistas tres solitarios soldados alemanes que repelieron el ataque soviético durante todo el día armados con una ametralladora y matando a decenas de rusos. Ante los lentos avances soviéticos, estos como represalia bombardearon el centro ciudad con 1.500 aviones.

Wenck y su ofensiva empezaron a fallar en la zona boscosa de Spreewald, batalla que se estaba convitiendo en un revés para los alemanes a pesar del éxito del día anterior. Los vehículos y tanques de Wenck se quedaron sin combustible, viéndose obligados a pararse para esperar la gasolina. Aprovechando que los hombres de Wenck se detuvieron, el III Ejército de la Guardia compuesto por comunistas ucranianos cerró la zona occidental de la autopista del bosque y levantó barricadas con troncos de árboles dejando bloqueados a los alemanes.

Si por algo se hizo famoso el 25 de Abril de 1945 fue por un hecho histórico inolvidable. Ocurrió en la ciudad de Torgau cuando las tropas de Estados Unidos se dieron la mano con las tropas de la Unión Soviética. Las fuerzas protagonistas fueron la 69ª División de Infantería Estadounidense y la 58ª División de la Guardia Soviética. Aquella era la primera vez que soviéticos y estadounidenses se encontraron cara a cara como aliados en la Segunda Guerra Mundial.

El cerco ruso era casi completo y la única forma que había de entrar o salir de Berlin, tanto personas como materiales o suministros era la vía aérea, con los riesgos que ello reportaba debido a la aplastante superioridad aérea del enemigo.

Esa noche los Ju-52 del 3./I./ TG 1 consiguieron trasladar 175 soldados del 1.SStR desde Pütnitz a Berlin. Mientras que a las 22.00 h. los Ju-352 del KG.zbV2, Lufttransport Gruppe 4 conseguían aterrizar en Gatow-Berlin con suministros varios. Un He-111 del TG 30 a las 23.59 recogió un único pasajero de Gatow para llevarlo a Wustrow, la identidad de ese pasajero es una incógnita.

La Luftfotte Reich ordenó concentrar sus operaciones sobre Berlin, tanto jabo, como frei jagd, a fin de aliviar la situación en lo posible a los defensores, de esa manera volaron sobre Berlin elementos del JG 26, JG 77, JG 51, JG 11 y JG 301 en misiones de caza libre, mientras que el SG 1, SG 10, SG 77, JG 6, JG 4 y JG 27 realizaron ataques al suelo. Los grupos de ataque al suelo sufrieron numerosas pérdidas, los objetivos más difíciles les fueron asignados a los magníficos Fw-190 D-9 del JG 6 que acusaron cuatro bajas, la del Uffz. Richard Krause, Uffz. Heinz Jahn, Uffz. Ginzler y otro piloto desconocido. 

Entre las 12.05 h. y las 13.20 h. el JG 26 realizó vuelos de caza libre sobre el área de Berlín, a las 12.30 h. se enfrentaron con un grupo de Yak-3, acreditando un derribo el Lt. Friedrich Ramthum y otro el Lt. Waldemar Söffing. Por la tarde el JG 26 realizó la segunda salida del día, y el Lt. Siegfried Sy derribó un P-39 a las 17.55 h.

El I/JG 11 entró en combate con un grupo de Yak-9 que protegían a unos bombarderos Pe-2, debido a la fuerte escolta no consiguieron abatir ningún bombardero, pero el Obfw. Hans- Gerd Wennekers logró su 24ª victoria al derribar un Yak-9, un camarada perdió la vida al noroeste de Berlin, el Uffz. Gabriel. También en esa acción colaboró el JG 301 con sus Ta-152, logrando el Obfw. Walter Loos acabar con un Yak-9, su 37ª victoria, la 3ª con un Ta-152.
Los bombarderos soviéticos Petlyakov Pe-2, acosaron Berlín de manera constante
Entre las 14.30 y las 16.00 h. le tocó al JG 27 con sus Bf-109 realizar ataques contra las columnas de blindados que entraban a Berlin, a pesar de una fuerte oposición por parte de varios grupos de Yak-3, realizaron con relativo éxito su trabajo, en los enfrentamientos que tuvieron lugar contra los cazas rusos se les adjudicó el derribo de tres Yak-3, uno de ellos por acción del Fhr. Oswald Pejas los otros dos los derribó el Fw. Horst Rippert en el espacio de un minuto. El Uffz. Erich Krüger perdió la vida al ser derribado en ese combate.

Ese día, el Oblt. Günter Josten del Stab/JG 51 protagonizó una hazaña inolvidable, de carácter épico, a lo largo del día se le acreditó el derribo de siete aparatos soviéticos. Por supuesto fue el héroe del día y este es su testimonio:

“25 de Abril de 1.945. Hace pocos días que recibimos un lote de flamantes Fw-190 D-9 totalmente nuevos y esperamos con ellos derribar gran cantidad de aviones enemigos. Ayer, el Obfw. Marquardt derribó cuatro Yak-3, una marca muy buena, que tuve la suerte de mejorarla y de establecer un record de derribos con D-9 en un solo día. En la primera salida volamos una docena de aparatos y nos dirigimos contra una gran formación de Il-2 escoltada por cazas Yak-3, en el combate conseguí derribar tres Il-2 y un Yak-3, otro Yak-3 fue derribado por el Hptm. Joachim Brendel. En mi segunda salida me acompañó el Obfw. Rauch, volamos juntos como rotte y entre los dos derribamos nueve aviones rojos. En primer lugar nos topamos con una formación de 50 bombarderos Boston acompañados por 30 cazas Airacobras. Al comenzar el combate ambos conseguimos derribar un Airacobra, después de eso me encaré con un Boston, al que derribé, y luego conseguí derribar otro Boston más. Volviendo a la base nos encontramos con 20 Il-2 y 30 Yak-3. Rauch remató dos Yak-3, mientras que yo derribé dos Il-2, lo que hace un total de nueve victorias en dos salidas. Al día siguiente añadí otro Yak-3 a mi cuenta personal, lo que lleva mi número total de victorias a 178..”
Fw190 sobre Berlín
Nota: Günter Josten, en su relato habla de los derribos de Marquardt, los cuales fueron homologados, habla del Yak-3 derribado por Joachim Brendel, también fue homologado, sin embargo los derribos de su compañero Rauch no los he encontrado en las listas de derribos homologados. En cuanto a los nueve aparatos que afirma haber derribado, siete le son homologados y dos no. Afirma que su victoria nº 178 es un Yak-3 derribado el día 26, pero en las listas de derribos se le da el número 178 al último aparato que derriba el día 25. Al margen de la desviación de algunas cifras, no cabe duda de que ese día Günter Josten realizó una proeza de enormes proporciones.

26 de Abril de 1945

Con una intensa tormenta y fuertes lluvias amaneció el 26 de Abril. Junto al agua de lluvia sobre el centro ciudad como de costumbre cayeron los cohetes de los Katyusha provocando el pánico.

Todavía la lucha continuaba en el Aeródromo de Tempelhoff, pero el Ejército Rojo quería concluirla cuanto antes. Para ello el VIII Ejército de Guardias y el I Ejército de la Guardia Blindado lanzaron su último asalto contra las Juventudes Hitlerianas que defendían las instalaciones del aeropuerto. Tempelfoff se convirtió en una batalla de tanques entre ambos bandos. En inferioridad numérica, los alemanes acabaron con más blindados rusos, pero ante las inagotables masas de enemigos tuvieron que retirarse. Despejado el camino los tanques soviéticos fueron cañoneando con sus torretas cada una de las instalaciones y edificios del aeródromo, una vez estuvo todo en llamas, Tempelhoff pasó a estar en manos rusas.

Sobre el Ayuntamiento de Berlín los soviéticos iniciaron el asalto aquella mañana. Unos pocos niños de las Juventudes Hitlerianas resistieron en el edificio hasta que fueron convertidos en antorchas humanas cuando los rusos les rociaron con lanzallamas. Antes de entregarse el edificio el último superviviente izó una bandera blanca y luego se pegó un tiro. Al Ayuntamiento le siguió el barrio de Zehlendorf que pasó a ser dominio del Ejército Rojo.

A las afueras de Berlín el XII Ejército de Wenck, junto a otras unidades del IX Ejército, habían quedado rodeados en el Bosque de Spreewald. La lucha entre el espesor de los árboles fue muy dura. Una y otra vez los alemanes tuvieron que frenar incursiones soviéticas por tierra mientras escapaban hacia otro bosque más cercano llamado Halbe.

Como las tácticas defensivas urbanas no evitaban las penetraciones soviéticas, las Waffen-SS se vieron obligadas a modificar el planteamiento, consistente en abandonar las barricadas para parapetarse en los edificios y ventanas donde instalaban lanzagranadas y ametralladoras. Las Juventudes Hitlerianas y la Volkstrumm imitaron a los Waffen-SS y adoptaron la misma técnica. Gracias a esa idea muchos rusos murieron acribillados desde ambos lados de las calles. Para evitar esas emboscadas los soviéticos tuvieron que organizarse en grupos de asalto de seis o siete hombres armados con metralletas, granadas, cuchillos y palas para desalojar edificio por edificio, mientras los tanques disparaban desde el exterior. Pero incluso así los rusos fueron relentizados. Otras de las causas de este retraso fue la voladura de más de 248 puentes con dinamita, entre ellos los más grandes de Schönenberg y Möckern; además de algunos puntos claves del Canal de Landwehr para inundar ciertas zonas de paso.

El día anterior Hitler había ordenado el traslado por vía aérea de batallones de reservistas de la Kriegsmarine con armas de infantería a Berlín para tomar parte en la batalla que se estaba librando. Los primeros 175 hombres ya fueron llevados el día anterior. Ese 26 de Abril el traslado se llevó a cabo por cuatro aviones del FDF (Führer des Fliegers), un Fw-200 pilotado por el Hptm. Joachim Hubner, un Ju-290 pilotado el Lt. Wagner, un Ju-352 pilotado por el Oblt. Schultz y un cuarto avión (puede que un Ju-52) pilotado por el Oblt. Clemens Zuborg, en total trasportaron 288 hombres y 24 toneladas de armas y municiones, realizando dos viajes cada avión, excepto el Ju-352, que fue atacado por un nutrido fuego antiaéreo y tocado, con un solo motor consiguió Herbert Schultz realizar un aterrizaje forzoso y milagrosamente todos los pasajeros consiguieron abandonar el aparato antes de que hicieran explosión las cuatro toneladas de panzerfaust que trasportaba.
Junkers Ju-290
Focke Wulf Fw200
Ese día los grupos de transporte TG 1 y TG 30 realizaron numerosas salidas tratando de abastecer Berlin, sufriendo fuertes pérdidas, sin embargo los agotados y faltos de combustible Schalschgeschwader solo pudieron hacer volar unas pocas unidades.

Los Jagdgeschwader tampoco pudieron hacer gran cosa y solo volaron algunas unidades del JG 3, JG 6, JG 11, JG 26, JG 27 y JG 77. Por la mañana el Maj. Werner Schroer del Stab JG 3 consiguió derribar dos La-5, pero su grupo tuvo dos bajas, el Lt. Siegfried Schuster y el Lt. Helmut Beckmanny. El Fw. Horst Rippet del JG 27 derribó un Yak-9. Sobre las 19.15 h. unidades del JG 26 entraron en combate con varios grupos de Yaks, el Obfw. Erich Schwarz, Ofhr. Heinz Birkner y Lt. Wilhelm Blickle derribaron un Yak-3 cada uno y al Oblt. Hans Dortenmann le fue adjudicado el derribo de un Yak-9. El JG 11 y JG 77 no se anotaron ninguna victoria, pero sufrieron las bajas del Uffz. Grube y del Ofw. Thimm respectivamente. 

El testimonio del dia corresponde a un relato de la piloto de pruebas de la Luftwaffe, la capitana Hanna Reitsch, la única mujer de la historia de Alemania condecorada con la Cruz de Hierro de Primera y Segunda Clase y el Distintivo Aéreo Militar de Oro con Diamantes.
Hanna Reitsch fue una de las mujeres más famosas en la historia de la aviación mundial, sobrevivió a la guerra y rompió numerosos récords de vuelo. Nunca ocultó su pasado nacionalsocialista
“El Genlt. Ritter Von Greim era requerido por Hitler en la cancillería, tres días antes había sido nombrado Mariscal del Reich y jefe supremo de la Luftwaffe, pero ni él ni yo lo sabíamos. Como Berlin estaba sitiado pensamos que la manera más segura de acceder al Bunker era que yo lo llevara en un nuevo modelo de helicóptero que había estado probando. A las 2.30 de la madrugada del 26 de Abril de 1.945 despegó del aeropuerto de Neu-Bieberg el Ju-188 que nos llevaría a Rechlin. Al llegar a Rechlin nos dijeron que el helicóptero había sido destruido horas antes en un ataque aéreo, así que decidimos ir a Gatow (El único aeropuerto de Berlin que operaba) en el caza Fw-190 biplaza que usó Speer para entrar y salir de Berlin dos días antes. 
El Focke-Achgelis Fa-61, prototipo de helicóptero aleman probado por Hanna Reitsch
Como yo no tenía experiencia en vuelo de combate y no conocía bien la situación de Berlin optamos por que nos llevara el mismo piloto que fue con Speer. Pregunté al piloto si mi peso podría ser un impedimento para el vuelo, el se largó a reir – usted apenas pesa 50 kilos, su peso no importa, pero el lugar no nos alcanza-. Finalmente vaciamos la parte trasera del fuselaje, ocupada por todo tipo de instrumentos, acumuladores, botellas de oxígeno, etc. Y con ayuda de algunos hombres, literalmente me acoplaron en el angosto cubículo. 

Poco después llegó Von Greim, recién tomó asiento le llamé desde mi escondite y el repondió -¿Capitán, donde diablos esta usted?-. Al poco rato despegamos escoltados por unos 30 cazas, el vuelo no fue del todo malo, pero antes de llegar el piloto puso la máquina boca abajo, casi perpendicular, y se oyó un terrible crujido, pensaba que habíamos sido alcanzados por fuego antiaéreo y esperaba el impacto contra el suelo. Al aterrizar en Gatow supe que el piloto pudo escapar de los cazas rusos con esa abrupta maniobra. Gatow se hallaba bajo fuego enemigo y el primer Storch que quisimos usar fue destruido por un impacto de artillería. A las 18.00 h. pusieron a nuestra disposición el último Storch que quedaba sano. 
El Fiseler Storch era un avión extremadamente ligero y capaz de aterrizar en pistas muy cortas, incluso en las calles
Von Greim prefirió personalmente pilotar el avión, volábamos rozando las copas de los árboles para no ser descubiertos por los rusos, pero pronto estallaron infernales explosiones de granadas y fusiles, bajo nosotros comenzaron a bullir tanques y soldados, con claridad podía ver las caras de los rusos que nos apuntaban con fusiles, ametralladoras y cañones. Hasta que de repente estalló algo dentro de nuestro avión al tiempo que oí decir a Von Greim -¡Estoy herido!-.Una granada le había destrozado el pie derecho y rápidamente perdió el conocimiento. Instintivamente pasé mis brazos por encima de su hombro izquierdo para asir el bastón de mando y el acelerador, tratando de evitar el fuego enemigo llevando la máquina de un lado a otro. 

El Storch fue alcanzado por muchos impactos, y vi como fluía gasolina de ambos tanques. Nos acercábamos a Funkturm, humo, polvo y un penetrante olor a azufre aumentaban, pero al menos los disparos enemigos disminuían, entramos en zona controlada por tropas alemanas. Poco antes del Brandenburger Tor tomé tierra, los tanques de gasolina estaban totalmente vacios. La ciudad estaba desierta, parecía muerta, toda vida estaba enterrada bajo escombros. 

Con dificultad pude sacar del avión a Von Greim, y me pareció una eternidad el tiempo que esperamos hasta que pasó un camión que nos llevó al Bunker. Unos amables guardias de las SS nos llevaron al despacho de Hitler, Von Greim había recuperado el conocimiento y lo primero que hizo fue pasar su informe al Führer. Este le escuchó con tranquilidad y al terminar tomó la mano de Greim y me miró a mi, dijo -¡Valiente mujer! Todavia existe coraje y lealtad en este mundo-.
Robert Ritter Von Greim, llegó a bunker de Hitler para recibir su nombramiento como Comandante en Jefe de la Luftwaffe, luego de que Hitler destituyera a Göring
PARTE 6
PARTE 7
PARTE 8

sábado, 22 de abril de 2017

La aviación en la Batalla de Berlín. PARTE 4

PARTE 1
PARTE 2
PARTE 3
Una vez más continuando con la reseña aérea de la Batalla de Berlín, publicada originalmente en el Foro Segunda Guerra Mundial por el usuario Emil Dermouth, aunque con un punto de vista predominantemente de la Luftwaffe, pues de las fuentes soviéticas seguro hay poca informacion disponible.

22 de Abril de 1945
El día 22 de abril hubo una crisis en el bunker. El cerco de la ciudad era casi completo en aquellos momentos; al sur las vanguardias rusas se hallaban en el canal de Teltow, al oeste habían ocupado desde el Havel hasta Spandau, al este estaban los carros de combate ante Weissensee, a diez kilómetros del centro de la ciudad. El Ejército 9 estaba cercado al sudeste de Berlín, como había predicho el General Heinrici, y empeñado en una desesperada defensa. En la mañana de ese día Hitler estaba aún tranquilo. Sobre el mediodía recibió informes que le volviendo a la realidad, Hitler se percata que ni Steiner ni Wenck habían cumplido sus órdenes. Hitler sufre una crísis
El coraje de Hitler, según se interpretó en Der Untergang, 2004
Hitler ordena al personal subalterno que salgan de su despacho. Sólo quedan con él Keitel, Jodl, Krebs, Burgdorf y Bormann. Y entonces rompe en un estruendoso y apenas inteligible acceso de cólera. Los que están fuera, tras la puerta, e incluso los cinco hombres que están ante él apenas pueden comprender el diluvio de voces. Sólo sobresalen las palabras: "Traición, mentira, hipocresía, no se puede creer en nadie, nadie me comprende, todos son muy poco para mi, para mis metas, el pueblo, los generales, las SS, todos..." Hitler se desploma sobre el escritorio con una crisis de llanto. Keitel, Jodl, Krebs, Burgdorf y Bormann quedaron mudos de estupor. Pero antes de que los presentes pudieran salir de su asombro, Hitler levantó la cabeza, sacudido todavía por el llanto, dijo "No hay ninguna razón más para seguir, todo se acabó, la guerra está perdida, el nacionalsocialismo y yo personalmente, hemos fracasado." Luego de una pausa continuó: "Quien quiera abandonar Berlín, puede hacerlo." Hitler tomó la determinación de quedarse allí y ya que por motivos de salud no podía luchar, decidió que pondría fin a su vida.

Jodl. Keitel y Bormann le dijeron a Hitler que fuera al sur, donde había unidades intactas, pero se negó. Le dijeron que había que resistir hasta que los anglo-americanos disputaran con los rusos y entonces ganarían la guerra. Hitler se negó a dejar Berlin, pero la situación se calmó un poco.

Anteriormente el Fuhrer criticó a Koller el hecho de que el Me-262s no despegó de su campo en Praga para apoyar a los defensores de Berlín el 22. Koller respondió que la desorganización era total por la reducción del area de combate y los continuos cambios de bases debido al avance del enemigo , la Luftwaffe estaba cercada en bolsillos cada vez más pequeños, rodeados por todos lados por un enemigo mucho más fuerte, todo lo que era humanamente posible para ayudar a Berlín se estaba haciendo.

Ese día la escasez de combustible redujo considerablemente el número de salidas, no llegando a las 450. Algunas unidades del SG 2 fueron transferidas desde Checoslovaquia a las cercanias de Berlin, para ayudar en la lucha contra los blindados rusos, más Ju-87 G y Fw-190 D se sumaron a la batalla.

El KG 76 y el JG 26 fueron requeridos para realizar ataques jabo, aunque fue escaso el número de aparatos que pudieron poner en vuelo. Por su parte los grupos de transporte aún operativos con sus Ju-52, realizaban abundantes idas y venidas al aereopuerto de Berlin-Gatow con suministros de todo tipo, incluso con tropas. El KG 4 transformó sus viejos bombarderos He-111 en aviones de carga ayudando a las unidades de transporte. Era también común ver Ju-290 en misiones de traslado de pasajeros.
El Junkers Ju-52, el principal caballo de carga de la Luftwaffe, en cierta medida es el equivalente del DC-3 norteamericano
Los Jagdgeschwader realizaron pocas salidas, la falta de gasolina era casi total, y el estado general de las unidades era deplorable. Los JG 6, 3 y 77 no salieron o lo hicieron testimonialmente. El JG 301 realizó varias salidas de escolta sin apuntarse ningún derribo. El JG 4 reclamó varios derribos, pero solo se acreditó un Yak-9 derribado sobre Berlin a las 13.00 h. por el Lt. Hans Klaffenbach. Otro yak-9 fue derribado a las 14.44 sobre Berlin-Tegel, este por el Lt. Helmut Laub del JG 27. El JG 400 tras abandonar su base de Brandis todavía pudo anotarse un derribo, el último de este Jadgeschwader y la última victoria del caza cohete Me-163, el Oblt. Franz Woidich se enfrentó a un grupo de bombarderos Lancaster, consiguiendo derribar uno de ellos.
El caza cohete Messerschmitt Me-163 "Komet", era lanzado en vertical contra las formaciones enemigas, las atacaba con sus ametralladoras y al acabarse el combustible regresaba planeando al suelo 
El testimonio del día es un relato del Oblt. Hans-Ulrich Rudel, Gruppekomanndeur del SG 2. Tras su entrevista con Hitler el día 19 estuvo unos días esperando a volver a ser llamado a la cancillería, y realizó alguna salida con unidades del SG 2 trasladadas a Alemania, antes de retornar a sus bases en Checoslovaquia, este es su relato del día 22.

“No es fácil salir de la base, siempre tenemos que llevar un soldado sentado en el guardabarros, para que nos prevenga de los aviones enemigos. A cada rato pasan bramando aviones rusos o americanos, los más desagradables vienen del oeste, los otros del este. Cuando salimos para nuestro raid, continuamente nos esperan a un lado los Amis y al otro los Ruskis. Estamos corriendo baquetas aquí arriba en el propio cielo de nuestra patria. Nuestras viejas Ju-87 son lentas como caracoles y cada misión exige el máximo de todos nosotros. Cuando atacamos el cielo está poblado de aviones enemigos, cuando volvemos a la base nuestra flak nos tiene que limpiar el cielo para poder aterrizar. A menudo los yanquis no nos atacan si ven que volamos hacia el frente del ruso. Lo normal es salir 4 o 5 Ju-87 cazatanques acompañadas por 12 o 14 Fw-190. Solo en los raros casos en los que disponemos de combustible podemos hacer volar el gruppe completo, entonces el enemigo nos supera solo en 1:5. Podemos decir tranquilamente que el pan que comemos nos lo hemos ganado”
Junkers Ju-87 Stuka, bombardero en picada aleman, aquí dotado de cañones de alto poder, especiales para atacar tanques
23 de Abril de 1945
El 23 de abril, Hitler, toma algunas decisiones: reparte el mando, a la vista de que en pocos días el territorio del Reich sería dividido, de la manera siguiente: en la mitad septentrional el gran almirante Dónitz, en la mitad meridional el mariscal Kesselring. Envía a sus más íntimos consejeros militares, Mariscal Keitel y General Jodl, a poner en acción las órdenes de ataque que Steiner y Wenck habían recibido. Horas antes Göring había mandado a Hitler un telegrama que decía lo siguiente:

“Mein Führer:
En vista de la decisión que usted ha tomado de permanecer en la fortaleza de Berlín, ¿está usted de acuerdo en que yo asuma el liderazgo del Reich, con total libertad de acción, tanto interna como externamente, como vuestro sucesor. Si no recibo respuesta hasta las 10 de la noche de hoy, daré por entendido que usted ha perdido la libertad de decisión y por tanto actuaré en beneficio de los intereses de la nación y de nuestro pueblo. Usted sabe cuáles son mis sentimientos hacia usted en estos graves momentos de nuestras vidas. No tengo palabras suficientes para expresarlas. Que Dios le proteja y que a pesar de todo lo traiga pronto aquí.”

Hitler se siente traicionado y despoja a Göring de todos sus títulos y cargos y nombra al General Ritter von Greim como nuevo comandante en jefe de la Luftwaffe, al tiempo que lo asciende a Mariscal. Hitler ordena detener a Göring, Koller y otros jefes de la Luftwaffe, así que en el momento de mayor dificultad de la Luftwaffe, esta se queda con un vacio de poder en sus más altos funcionarios. Como colofón, Hitler nombra de improviso comandante de Berlín al General de Artillería Weidling, jefe del 56° Panzerkorps.

El 23 de abril de 1945, fue nombrado “Knall” Koall Gruppenkommandeur de IV. / JG 3 y Heinz Bär deja la jefatura de la escuela de reactores de Lechfeld para irse con Adolf Galland al JV 44, donde tres días después asumirá el mando del mismo.

Ese día la Luftwaffe comienza la evacuación del aeropuerto miltar de Flugplatz Schönwalde, cerca de Berlín, en Brandeburgo. Con buenas pistas de hormigón, era el hogar de varias unidades del JG 4, JG 6, JG 77, el IV Group/JG301 "Hindenburg" y del Ala de pruebas del Ju-352. La infantería de la Luftwaffe abandonó la base aérea, dejando su defensa a los muchachos y los hombres de edad avanzada de la Volkssturm. Ese día decolaron los últimos vuelos. El Ejército Rojo capturó la base aérea casi sin resistencia al día siguiente.
Junkers Ju-352, era una versión del Ju-52 con mayor capacidad y mayores prestaciones
En previsión del posible cerco de Berlin y del peligro de quedar aislados se habilitó una zona apta para aterrizar aviones en el centro de Berlin. La pista de aterrizaje improvisada estaba en la avenida Unter den Linden Ost West Achse de la puerta de Tor Brandenberger a la Puerta de la Victoria de 1870 a 1871. A partir de entonces comenzó a operar una flota de 15 Ju-52 y varios Storch Fi-156 y Arado Ar-96.

Debido a los cambios organizativos y a la falta de combustible ese día se realizaron pocas salidas, unas 460, y la mayoría de ellas no fueron de combate propiamente dichas.

El KG 200 envió cuatro Ju-188 acompañados por siete Fw-190 contra tropas y vehículos rusos al nordeste de Berlín. El 10.(Pz.)SG 2 consiguió hacer despegar cinco Ju-87 G que acompañados por una docena de Fw-190 atacaron tanques en la zona del Oder, dos Stuka y cuatro Fw-190 no volvieron. El SG 1 y el JG 4 realizaron también ataques jabo en las afueras de Berlin. El KG 51 hizo su última salida, seis Me-262 atacaron formaciones de blindados cerca de Potsdam.
Junkers Ju-188
No hubo gran actividad por parte de las Jagdgeschwaders, aunque se lograron algunos éxitos. El JG 3 se batió con dureza, a pesar de poner en vuelo pocos aparatos, el Hptm. Karl-Heinz Langer del III/JG 3 derribó un Yak-3 cerca de Küstrin y al Lt. Karl-Dieter Hecker se le asignó el derribo de otro Yak-3 a las 15.55 al norte de Berlin. Nuevamente el Hptm. Johannes Kaufmann se apuntó una victoria, un Yak-3 derribado sobre Orainemburg a las 13.40. El JG 11 se enfrentó a bombarderos rusos con fuerte escolta de cazas, anotándose una victoria el Uffz. Karl-Heinz Kabus, un Pe-2 a la altura de Löwenberg. El Fw. Karl Hoett del JG 26 derribó un Spitfire a las 6.15 de la mañana. Algo más activo estuvo el JG 27, por la mañana el Fhr. Hans-Ulrich Flade derribó su primer avión, un Il-2, y por la tarde a las 18.04 h. en combate cerrado con un numeroso grupo de Yak-9, el Uffz. Eberhard Tietz en el espacio de un minuto derribó dos de ellos.

El testimonio del día corresponde a Albert Speer, Ministro de Armamento.

“El 23 de Abril anuncié a uno de los asistentes de Hitler mi deseo de verle, ahora que todo estaba perdido sentía la necesidad de despedirme de él, ya que nuestro último encuentro me produjo un mal recuerdo. No solo era el magnetismo que me inspiraba, sino, que también pesaba la sincera amistad que habíamos tenido. El aeropuerto de Gatow-Berlin estaba muy cerca del frente y podía caer en manos rusas en cualquier momento, así que mi oficial de enlace y yo volamos en un Ju-52 al aeropuerto de pruebas de Rechlin. De allí partían los cazas que combatían contra las tropas soviéticas al sur de Potsdam, el comandante se mostró dispuesto a llevarme a Gatow en un caza de entrenamiento biplaza, en Gatow tendrían preparados dos Storch que nos llevarían al interior de Berlin. Mientras volábamos a Gatow a mil metros de altitud no apreciábamos la magnitud de la batalla de Berlin, solo algunos destellos de artillería y las granjas incendiadas que se consumían lentamente. Es verdad que en la zona oriental de Berlin se veían grandes columnas de humo. Cuando aterrizamos en Gatow, la escuadrilla de cazas siguió volando hacia sus objetivos. El aeropuerto estaba casi desierto. Mis acompañantes y yo subimos a dos Storch y sobrevolamos en vuelo rasante la misma pista que recorrí con Hitler la víspera de su quincuagésimo cumpleaños. Poco antes de la puerta de Brandenburgo, aterrizamos en plena avenida, para asombro de los pocos coches que circulaban, mandamos parar un transporte de la Wehrmacht y nos hicimos conducir a la cancillería. En su despacho, Hitler no mostró la menor emoción, me pareció que estaba vacío, sin vida. Me preguntó por mi opinión sobre Dönitz y comprendí claramente que su interés no era casual, sino que tenía que ver con la elección de su sucesor. Yo manifesté mi impresión positiva e ilustré mis palabras con detalles que sabía que le iban a gustar. Hitler me preguntó de repente: -¿Qué le parece?¿Debo quedarme aquí o irme a Berchtesgaden?-. Mi repuesta fue espontánea, de nuevo me sentí emocionado – Creo que, si no hay más remedio, será mejor que termine su vida de Fuhrer aquí, en la capital, que en su casa de recreo-“

24 de Abril de 1945
El 56° Panzerkorps de Weidling se repliega a la ciudad y comienza con terrible dureza lo que Heinrici y otros habían esperado evitar: la lucha casa por casa en la capital.

Militarmente Berlín no estaba preparada para defenderse. La última línea de defensa estaba en el Oder. Las defensas anticarro y otras similares que habían sido preparadas a la ligera en los barrios periféricos son deficientes y poco aprovechables. La distribución de la ciudad y sus alrededores en ocho zonas de defensa en forma de cuña, con el vértice convergiendo en el centro de la ciudad (mandos A-H) y cuatro círculos concéntricos de barricadas (el más amplio, en las afueras de la ciudad; el «círculo verde» en los barrios extremos a lo largo de canales e impedimentos semejantes; el círculo interior a lo largo de las líneas del tranvía; y el círculo de la ciudadela, llamado núcleo, en la zona de residencia del Gobierno), no era más que un esquema teórico. Nunca existió un frente coordinado, como tampoco un servicio militar de información. Los oficiales de Weidling consiguieron informarse de la marcha de los sucesos por medio del servicio público de teléfonos, que funcionó hasta casi el final: llamaban a conocidos o a cualquier número telefónico y preguntaban si los rusos habían llegado, y, si así era, las fuerzas de que disponían.

El cerco de la ciudad iba estrechándose cada día más y más. El 24 de abril se oía ya el fragor de la lucha callejera en Zehlendorf, Tempelhof y Neukölln. Las bases aéreas de Flugplatz Schönwalde y Tempelhof cayeron en manos soviéticas. El stab/KG 51, I/KG 51 y III/kg 51 fueron disueltos y sus aparatos y pilotos se trasladaron al II/KG 51, en Praga, único Gruppe que perduró hasta el final de la contienda.
A pesar de todo ese día llegaron suministros de combustible a muchas unidades y los grupos de combate realizaron numerosas salidas en un intento por salvar a la capital, ese día la Luftwaffe realizó 728 salidas.

La15. Flieger-División ordenó a sus Jagdgeschwaders JG 2 y JG 27 concentrar sus actividades en el norte-este de Berlín, dependiendo de donde estuviese la punta de lanza del ataque ruso. Los pilotos alemanes tenían orden sólo para atacar objetivos que identificaran con claridad.
La 15. Flieger-División ordenó a varios Bf-109 mantener continuo reconocimiento aéreo de la zona de batalla de las puntas de lanza blindadas rusas en la zona de Berlín. También hubo reconocimiento fotográfico especial para el sur y el sureste de Berlín con Ar-234 A.
Se realizaron numerosos ataques jabo por parte del SG 1, SG 4, JG 26 y JG 27, entre las 15:09 h. y las 16:30 h. diez Bf-109 del JG 27 realizaron ataques a baja cota contra camiones y posiciones antiaéreas en el área de Oranienburg y Bernau, al norte de Berlín. Hubo combates con aviones rusos, y se reclamó una victoria por parte del JG 27, un LaGG-3 que se le adjudicó al Fw. Walter Shainysch. Dos aviones no regresaron.
LaGG-3, uno de los cazas soviéticos que saturaban los cielos berlineses
Las Jagdgeschwaders pelearon ese día de lo lindo, nuevamente volaron sobre Berlin los Ta-152 del JG 301, entre las 8.40 y las 9.00 se enfrentaron a un numeroso grupo de Yak-9, el Obfw. Walter Loos derribó dos Yak-9 y el Obfw. Willi Reschke otros dos. Los Fw-190 del JG 26 entablaron combate a las 8.15 de la mañana con un grupo de Yak-3, reclamaron bastantes derribos, y tres les fueron adjudicados respectivamente al Obfw. Erich Schwarz, Lt. Waldemar Söffing y Fw. Kurt Hein. El JG 11 se enfrentó a los Yak-9, derribando dos de ellos, uno el Fw. Herbert Drübe y otro el Obfw. Hans-Gerd Wennekers. Ese día la mayor proeza la realizó el Obfw Heinz Marquardt del 13./JG 51 que logró que le homologaran el derribo de cuatro Yak-3 en una salida. Como grupo, el III/JG 3 fue el más combativo de ese día, en total se le adjudicó el derribo de 18 aparatos rusos, destacando el Maj. Werner Schroer que logró sus victorias número 111 y 112, un Yak-3 y un Yak-9 respectivamente.

Ese día uno de los mejores pilotos de caza todos los tiempos, Günther Lutzow tras derribar su avión 110 desapareció con su Me-262, el caza y sus restos mortales aún no han sido localizados.

El testimonio de este día es un relato del Fw. Walter Shainysch del JG 27 :

“Son las tres de la tarde del 24 de Abril, nuestro grupo ha conseguido reunir diez BF-109 para un ataque a concentraciones de tropas en el sector de Bernau. Cuatro de los aparatos, incluido el mío, son equipados con contenedores de bombas de fragmentación. Mi querido “Gustav” lleva 100 bombas de fragmentación de 5 libras cada una. Odio los trabajos de bombardeo, nuestras monturas se vuelven lentas y poco manejables llevando estos cacharros. Despegamos con un colchón de nubes que no es muy espeso pero que nos sirve de protección, algunos minutos más tarde emergemos sobre el sector cuatro, donde el cielo esta limpio y hacia el este no se ve ni una nube. Alrededor de nosotros había grupos de 40 o 50 cazas rusos, uno de ellos se lanzó sobre las rotte que estaban más rezagadas. En el aire podía ver unos 300 cazas rusos, un grupo a 500 mts, otro a 900 y otros dos a nuestro nivel, por encima nuestro puede haber uno o dos más. Hacemos una picada vertical atravesando un grupo de Yaks, que se desperdigan al vernos, enderezamos suavemente describiendo una trayectoria que nos lleva a un vuelo rasante sobre una formación de camiones rusos, no espero a ver tanques, solo deseo soltar mi contenedor, oprimo el botón y mi “Gustav” da un buen salto. Las explosiones vuelcan algunos camiones, otros están ardiendo.
La artillería antiaérea rusa vomita fuego por todas partes. Dios mío!, parece que no quede un solo lugar en el cielo que no esté acribillado por ella. Instintivamente me encojo en mi cabina, y siempre en vuelo rasante, viro rápidamente, dirigiendo mis cañones a las baterías antiaéreas. Al ascender veo unos cuantos cazas rusos entablando combate con mis camaradas. La radio solo es una mezcla de gritos y maldiciones. Dos Lavochkin tratan de meterme en un combate cerrado, pero me libro de ellos picando de nuevo. Un Messerschmitt se halla en apuros con un Lavochkin en la cola, lo cojo por sorpresa alcanzándole con varios disparos en la cabina y en el motor. Es mi victoria número doce. Pensando en esa jornada, creo que fue un milagro que ocho aparatos pudiéramos volver a casa.”